jueves, 27 de octubre de 2011

Un Real Madrid Destructor. Crónicas de Málaga y Villareal

—¿Qué es lo mejor de la vida? —La extensa estepa, un caballo rápido, halcones en tu puño, y el viento en tu cabello. —¡MAL!, Conan, ¿Qué es lo mejor de la vida? —Aplastar enemigos, verles destrozados y oír el lamento de sus mujeres. (Conan El Bárbaro)


Esto fue lo que me vino a la mente al final de los dos últimos partidos. La frase de Conan define perfectamente lo que es este Madrid. Una maquina demoledora que pasa por encima de sus rivales físicamente hasta dejarlos goleados y moralmente hundidos. El Málaga sufrió, el pasado sabado, los estragos causados por esta fuerza de la naturaleza que es ahora mismo el equipo blanco. Antes del descanso ya pedía cuartel, goleado y sin esperanzas de poder dar respuesta a la masacre que la presión adelantada y el vertiginoso ritmo en el juego con balón habían causado en el equipo malacitano. Tras el descanso el Madrid concedió una tregua al Málaga, que pese a salir con animos renovados tampoco mostró una excesiva entrega en sus labores ofensivas, como si tuvieran miedo de depertar a la bestia que los había mutilado en la primera parte. Así llegamos al final del partido con el resultado del descanso un 0-4 marcado por Higuain y un Hattrick de Cristiano que retomaba la senda del gol.

Tras el partido del Málaga todos esperabamos el partido contra el Villareal, otro equipo de los que aspiran a estar arriba en la clasificación pese a que no han comenzado nada bien la temporada, para comprobar si lo mostrado en Málaga continuaba o solo había sido un espejismo. A los dos minutos las dudas se disiparon cuando Sergio Ramos volaba para marcar, aunque el gol fue anulado por fuera de juego. Respirabamos tranquilos, el Madrid seguía comportandose como el depredador implacable que había destrozado el Málaga. Se mantenía una presión asfixiante de la cual el Villareal no era capaz de zafarse y cada robo de balón provocada otra oleada atacante de los blancos que se volvían a mostrar voraces, controlando todas las variantes del juego y dominando el partido con mano de hierro en guante de seda. A los 11 minutos Benzema acomodaba con el pecho un pase largo de Di María detras de la defensa y la picaba para sortear a Diego López. Poco después Kaká recibia un balón en la frontal y de un zrudazo seco a la cepa del poste hacía el segundo. El Madrid seguía apretando al Villareal que apenas era capaz de salir de su campo. Poco después el Madrid pareció bajar un poco la intensidad, como el animal que se agazapa para que su víctima se confíe y a la media hora dió el zarpazo definitivo después de un corner del equipo amarillo que recogió Kaká en nuestra frontal y dió lugar a una de esas contras que de manera magistral resuelven los blancos. Kaká cedió a Marcelo que se desplegaba por su banda, este a su vez se la pasó a Benzema que le dió la pausa ecesaria al balón para ponerle a Di María un balón en profundidad a la espalda de la defensa que este recogió para terminar batiendo al portero del submarino. Otro contraataque elevado a la categoría de arte. La primera parte termino sin más sobresaltos salvo alguna ocasión más para el Madrid.

La segunda parte fue muy parecida a la realizada ante el Málaga. Un Madrid más tranquilo, aprovechando su ventaja pero esta vez tocando más para controlar el juego con más claridad y creando alguna ocasión más ante un Villareal que se daba por satisfecho manteniendo su portería sin goles en la segunda parte. Esto solo sirvió para que el Villareal mantuviera un poco de dignidad después del repaso que les habían dado en la primera parte y para que el Madrid administrara la ventaja y se dedicara al trote, guardando fuerzas para empresas mayores que nos encontraremos a lo largo de la temporada.

En estos últimos partidos hemos asistido al crecimiento del equipo. Después de la mala racha de resultados y juego pasada, ahora el equipo se encuentra muy bien. Han encontrado su juego, se encuentran muy comodos en todas las situaciones, desde la posesión larga abriendo espacios hasta el demoledor contragolpe que ya era una característica de su juego. Con todo esto unido a una presión muy adelantada y a un ritmo de juego altísimo que los rivales no son capaces de seguir tenemos una maquina perfecta para el desarrollo de un juego demoledor que no solo conduce a la victoria sino a la destrucción de los rivales y esto mostrando este potencial solo en una de las partes. No me gustaría estar en la piel de los jugadores del equipo que provoquen que el Madrid juegue un encuentro completo a este nivel porque pueden recibir un golpe moral muy duro.
Ahora solo nos queda ver si mantenemos este nivel ante equipos más potentes, como los que podemos encontrar en Europa y que ocurre cuando nos enfrentemos al Barça. Porque después de lo cerca que estuvimos en la Supercopa creo que ha este nival de juego no solo podemos competir con ellos sino vencerles.

Salu3


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